sábado, 17 de julio de 2010

arquitecturas oníricas

Sólo de vez en cuando se aparecen en mis sueños las estructuras y paisajes más extraños. Y son exactamente esos momentos en los que valoro la capacidad de generar creativamente trazados urbanos, arquitecturas e incluso geografías.
Anoche, la situación se ubicaba en una Venecia desecada, un espacio árido de construcciones majestuosas, y en medio del paisaje desolado se erigía una construcción de estilo comunista, fría, funcional, fuera de lugar. Recuerdo que se trataba de una visita turística... La voz del guía decía que "Este, fue uno de los jardines más majestuosos de Venecia tuvo muchas plantas y hasta flores de colores".
Pero ahora, se veía como un espacio abandonado, con hierbas grises, altas, muy altas.
Ahí mismo me reencontraba con un compañero de la preparatoria que hacía mucho no veía. Él cuidaba la ciudad del saqueo.
Otra noche, acompañé a una amiga a visitar unos terrenos en la cima del Ajusco, hacía tanto frío que el camino tenía nieve, sentía la presencia imponente de los árboles y el medio al acantilado hacia donde se trazaba el camino.

1 comentario:

  1. Me puse a pensar respecto al tema de los edificios mencionados en la entrada. Edificios majestuosos abandonados y olvidados... Sin embargo, llega un punto en donde el olvido y el abandono se transforman para convertirse en nostálgicas construcciones históricas, a pesar de que ya no cumplan con su deber de ninguna forma. Arquitectura comunista de dimensiones monumentales? Nada más que eso: un monumento al comunismo, a una filosofía que atenta de forma tan acentuada en contra de la naturaleza del hombre, que requiere de estructuras (físicas y no físicas) tan aberrantemente ambiciosas e intransigentes como el más significativo acto capitalista. Inversiones de millones, sin duda. Y ahora, en el sueño, figuran como objetos que ya no se desenvuelven bajo ningún rubro del presente. Fungen como símbolos de un pasado perdido... de tradiciones o formas de pensar que ya no aplican, pero que muchas veces se ven en retrospectiva con asombro, pues han requerido casi todos ellos a las más grandes e inovativas mentes de la región para su construcción, pero también con cautela, pues muchas veces representan un pasado visto hipócritamente como superado. Hablo ahora de castillos, de pirámides, de edificios de arquitectura constructivista soviética... Y entonces, recontextualizar éstos panoramas y transportarlos a lo que sin lugar a dudas, algún día será (Venecia no podrá controlar por mucho tiempo a la madre naturaleza y quizá ésta abandone la ciudad en su forma líquida como signo de su desagrado y desaprobación).

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