domingo, 18 de julio de 2010

Por los mismos senderos

Últimamente mis conexiones sinápticas inconscientes se han plagado de escenas apocalípticas seguramente alimentadas por los constantes bombardeos visuales de la estética del fin del mundo. Parecería que mi psique se ha empeñado en hacer remakes oníricos de las grandes producciones de hollywood: expediciones solares que terminan en un tremendo fracaso con rayos que llegan hasta la tierra y arrasan todo a su paso, nubes letales de elementos volátiles que dejarán en la oscuridad a Oceanía por más de 4 siglos, ciudades abandonadas,dejadas al olvido.

2 comentarios:

  1. Y sin embargo, hablamos de un planeta que ha existido durante los últimos 4.500 millones de años, su funcionamiento ha cambiado drásticamente a lo largo de éste tiempo, pero siempre ha existido. Hablar del fin del mundo es un poco complicado si tenemos éstos datos. Resulta más realista hablar del fin de la humanidad. El miedo al fin del mundo es una nueva moda. Cada vez se vuelve más cataclísmica y drástica, con más ciencia y nuevos descubrimientos involucrados. El humano lo creo, siempre refiriéndose a temores contemporáneos, miedos casi siempre aunados a su ignorancia. Y esto se ha proyectado exponencialmente en los últimos años debido a que mientras más sabemos de nuestra existencia, y de la existencia de lo que nos rodea, más nos encontramos con temas que podemos visualizar de forma superficial y que se converirán en nuevos elementos de nuestra ignorancia. Por eso le tememos al sol. Qué diferencia hay entre temerle al "tsunami solar" o a Ra? Porque quién sabe cuántos tsunamis solares hayan existido en la historia de la tierra. Y si los científicos lo saben, me parece demasiado coincidente el hecho de que suceda justo durante la existencia del ser humano en la tierra. Creo que tenemos que comprender que somos visitantes de un planeta que ha visto devastación mucho más grande que el calentamiento global, o inclusive la peor enfermedad humana. El post apocalispsis solo pone en evidencia al hombre de su forma más primitiva: los análisis científicos acerca del tema no hacen más que demostrar nuestra ignorancia en la ciencia, pero al mismo tiempo demuestra el poder del hombre para crear. Crear ciencia y frenos para la ciencia, y crear monstruos en donde hay esferas de gas que interactúan con 8 planetas (pues hemos decidido intransigentemente privar a Plutón de su título) desde hace tantos años que utilizamos cifras abstractas para contarlos.

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  2. Claro, el fin del mundo es el fin de la humanidad. Es verdad que hay mucha ironía en tener los mismos miedos que en la antiguedad. Pero creo que a final de cuentas, a pesar de todo el conocimiento que creemos tener, el ser humano no ha progresado le teme a la desaparición de la especie.

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